Lugar de trabajo y comunicación

Algunos de los elementos con más presencia en los pueblos de nuestra comarca y por tanto también en nuestro municipio son los antiguos lavaderos públicos, situándose en un entorno urbano la mayoría de estas pilas de lavar y que suponen una forma menor de utilización del agua dentro de los sistemas de aprovechamiento urbanos para el uso humano o animal, para beber, lavar y regar. Con el fin de economizar recursos, el agua que sale de la fuente es aprovechada para los lavaderos públicos, normalmente con paso previo por los abrevaderos.

Así, puede descubrirse el funcionamiento de sistemas de aprovechamiento del agua que, aunque para los vecinos de los municipios rurales resulten cotidianos y evidentes, no lo son tanto para los de la ciudad o visitantes.

Los lavaderos, lugares muy frecuentados por todas las mujeres del pueblo, además de lugar de trabajo lo eran de reunión y cotilleo, y puede decirse que representaban un auténtico foro de relaciones sociales en el que no había lugar para la distinción de clases sociales ante una misma necesidad.
Nuestras madres y abuelas aún nos siguen relatando aquellas mañanas que pasaban junto a las duras piedras de los lavaderos frotando las montañas de ropa con un “tajo” de jabón casero.

Lavadero de Moyuela

Forma parte de uno de los conjuntos arquitectónicos populares más importantes de Moyuela, integrado por la fuente, el abrevadero y el lavadero públicos, situados en la calle Capitán Godoy, (tradicionalmente el Barranco), constando en el abrevador una inscripción de mediados del siglo XVIII.
Se trata de una construcción pública singular de finales del siglo XIX o primeros años del XX, reformado para su modernización a finales de los años 50 del siglo pasado.
Inicialmente contaba con otra distribución y el piso se situaba debajo del nivel de la calle, lo que obligaba a las mujeres a lavar la ropa de rodillas. Posteriormente se excavó el suelo en torno a las pilas para que se pudiera hacer de pie. Finalmente, en la última reforma, las pilas se elevan y las labores se hacen de pie de forma más cómoda.

Es un edificio semiabierto en su pared frontal, de gran luminosidad, con dos aberturas como puertas y cinco a modo de grandes huecos o ventanas, resaltando el ladrillo caravista de color rojo.

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Lavadero exterior

Dispuesto en un espacio de unos 120 metros cuadrados (24 x 5), se distribuye de manera longitudinal, con un largo vaso con piletas, dividido en cuatro grandes balsas: dos para lavar y dos para aclarar.
La techumbre está trazada por grandes tijeras de madera que sustentan el tejado, a dos aguas, cuyo reflejo en el agua genera una bonita estampa.
En él además de proceder al lavado de la ropa, se intercambiaban noticias, chismorreos y a veces hasta se inventaban historias.
Lugar de parada fija de los “rosarieros” y de animación con sus cantos en las fiestas de la Virgen del Rosario, ha sido balcón privilegiado para ver las carreras de “pollos”.
Aunque también, en alguna ocasión de fuertes tormentas, ha habido que rescatar del lavadero a alguna persona confiada al subir el nivel del las aguas del barranco y peligrar en invadirlo.

Con el abandono progresivo de su uso se va perdiendo una de las actividades sociales más singulares del pueblo, quedando hoy relegado a ciertas ocasiones, pues con la llegada del agua corriente se lava en casa con las lavadoras, pero sin dejar de ser punto de encuentro.

Hasta finales de los años 70 del siglo XX, las aguas sobrantes, junto a las del río, por medio de un pequeño azud situado encima del puente viejo, se encauzaban a través de acequia regando la huerta baja, llegando a la balsa del molino bajo, dando lugar a otro tipo de aprovechamiento hidráulico (industria harinera) y continuando unos centenares de metros río abajo.
Ejemplo vivo del verdadero significado del agua como fuente de vida, se convierte, junto a la fuente y el abrevadero, en una llamada constante al uso racional del agua y al desarrollo sostenible con respeto permanente al medio ambiente.

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Exposición Lavadero
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Lavadero interior

Espacio cultural

El 12 de agosto de 2005, la Asociación Cultural Arbir Malena celebra un homenaje a todas las mujeres “lavanderas” del pueblo y en colaboración con el Ayuntamiento se convierte el lavadero en espacio cultural y punto de información de Moyuela y su patrimonio cultural.

Se organiza una exposición permanente, a modo de paseo por el patrimonio, por medio de 20 paneles / lonas explicativas de los diferentes temas y ámbitos que conforman el patrimonio cultural propio (identidad, territorio, naturaleza, comarca, arte y monumentos, arquitectura popular, personas ilustres, historia, gastronomía, fiestas y costumbres, permitiendo ser una oficina abierta de información turística y cultural.
Hay dos ideas fuerza:
Moyuela, mucho que vivir, mucho que sentir
Moyuela, siempre habrá algo que te gustará

Se ha convertido en un lugar de visita obligada para el moyuelino y para el visitante, objeto de múltiples actividades entorno al agua y fiestas y referencia para su incorporación a las redes y nuevas tecnologías y esquema de actuaciones respecto al patrimonio.

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Exposición
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Exposición
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Exposición

Otros lavaderos de la comarca

  • Plenas
    Desde la fuente situada en la Plaza Manuela Sancho, a los pies de los restos de una gran pared del castillo, pasa el agua a un abrevadero alto, después a otro menor, para terminar en el lavadero público cubierto, con techo de madera con una vertiente y con dos balsas, finalmente se utiliza para el riego de los huertos cercanos de la vega del río Santa María.
  • Lagata
    La Fuente Vieja suministra el agua, desde mediados del siglo XX, al lavadero, que dispone de dos espacios de vaso, para el lavado y el aclarado.
  • Fuendetodos
    El agua sobrante de la fuente del pueblo, situada en la parte baja junto a la carretera, era recogida en el lavadero, construido a unos metros al otro lado de la misma.
    Actualmente restaurado, sustituida su cubierta, con tejado a una vertiente, presenta un edificio construido con piedra del lugar y en su interior dos balsas separadas.

Fotografías y croquis:
José Abadía, David Sancho, José Antonio Abadía